martes, 1 de marzo de 2016

CURSA CUATRO TERMES (14 de Febrero)


No penséis que porque el titulo os lo pongo en catalán  mi pequeño relato iba a ser en la misma lengua.  Castellano, puro y duro con sus zapatazos y todo.
Ahí seguimos troteando por los cerros de dios y en esta ocasión el destino me llevó hasta tierras catalanas aprovechando mi descanso semanal. Nos pusimos en marcha,  rumbo a Salou donde teníamos el campamento base. El refugio veraniego de la mitad de Aragón se encontraba mas muerto que vivo en estas fechas, pero nuestra intención era saludar a unos viejos amigos y correr la Cursa Cuatro Termes en Mont-Roig.
Paseito por la playa y como la tarde estaba bien entrada en tormenta a tomar una birra tras otra en el primer chiringuito que encontramos para refugiarnos y amena charla recordando viejos tiempos de trabajo.
Amanecía el domingo con un viento reglamentario y el cual te quitaba las ganas de salir del calorcito del apartamento, pero habíamos venido a conocer los cerros de Mont-Roig y sus alrededores. Carretera, manta y a buscar la salida, en apenas 20 minutos estábamos a los pies de la Montaña Blanca por cuyos alrededores transitaba la carrera.  Llegada al pequeño pueblo Tarraconense y allí no había ni meta. Eso si corredores por un tubo, en mi carrera salimos alrededor de 350. No era difícil adivinar el porque no había arco de meta, el viento doblaba hasta el acero, tuvieron que ponerlo dentro del pabellón polideportivo, la verdad es que acojonaba y al no conocer el terreno mas.
Pero en fin allí estábamos para trotear por los alrededores de los cuatro términos: Mont-Roig, Vilanoba de Escornalbou, Colldejou y Pratdip.  La distancia 26 km y el desnivel 1200 positivos.
Pistoletazo de salida y a hacerlo lo mejor posible, la súper gripe que arrastraba me indicaba que no me podía emocionar mucho, así que salí a mitad trasera del pelotón y con tranquilidad, primer kilómetro por casco urbano y comienza el tapón, mas tranquilidad y paciencia en los primera senda picando parriba dirección al camino viejo de Boverals. En picaó hasta el fondo del barranco del Rifa y comenzaba la primera subida en serio la de Serra Pedreres, esta conectaba sin descanso con la del Portel.  
Ahí marchaba en un pequeño grupito con gente de mis características aunque mucho mas jóvenes,  salvo el gran Súper Paco II que le llamé yo, que con  su vestimenta autentica “incluido pantalón de chándal cogido con los calcetines” y por el que deportivamente nadie daría un duro por él, (jolin como tiraba, que al final entró justo delante de mi).  Entre risas, sofocos y tropezones íbamos haciendo camino y lidiando con el viento en los altos, pasamos por la cueva del Blai y de frente otra subida de órdago la Set de Crestes, que empalmando con Cap Roig, se daban por concluidas las subidas fuertes.  Vaya empalme de sendas llenas de raíces, piedras y por fin las esperadas cuerdas, ahí yo ya me acordaba de los escaladores de las paredes de Morata, con bastante mas pena que gloria y cuarenta resbalones conseguí pasar las cuerdecitas de marras, pero al fin me sentí el Rey divisando la Ermita de la Mare de Deu de la roca a mis pies. (josplas si cuando veníamos por la carretera nos parecía que estaba en el mismo cielo y ahora éramos nosotros los que estábamos encima). 
Vistas impresionantes las cuales me recordaban a la zona del rodeno de Albarracin. Pequeño respiro y sin tontear porque el viento soplaba más fuerte, totieso pabajo. Era una zona muy guapa, bajando troteando por una súper roca larguísima alternado con escalones labrados en la misma roca que enlazaba con un camino de pavé (súper gordo y dañino para mis mal trechos pies) que nos ponía en la misma ermita mezclándonos con los turistas y que a la vez nos daban un poco de moral para los 3 Km. que nos restaban a meta. Como un cohete ahí bajamos autopropulsados para llegar cuanto antes al pabellón de Mont-Roig.   
Después de trotear durante 3 horas 40 minutos, por estas montañas del Camp de Tarragona, por senderos muy técnicos, (repletos de la clásica vegetación mediterránea) y peligrosos (para los del Imserso) ponía punto el punto final a mi incursión en la llamada Costa Dourada y superventoleada.
Buen trato de los chicos del club L’ARENY que llevaron la carrera bastante bien organizada siendo esta la primera del circuito de carreras de montaña dela comarca del  CAMP DE TARRAGONA.




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