GUERREANDO POR EL MAESTRAZGO
Aquí estamos de
nuevo paro rellenar un pequeño hueco en el blog e intentar hacer seguir soñando a todos los perdidos de
montes. Si, si, esos que dicen que siempre andamos por las nubes.
Después de no
poder acudir a uno de mis grandes retos (Vuelta al Aneto) por problemas
familiares, retomé el planning y marqué el 25 de Octubre como el sustituto.
Buf, por poco se va también al traste pero haciendo encaje de bolillos, mi
mujer y yo nos montábamos en el “haiga” con una hora de retraso sobre el
horario previsto. Ahí marchábamos rumbo
a esa tierra, que Pio Baroja describía como un país de guerrilleros, aislado de todo y con un paisaje espectacular
y que es un edén para cualquier geólogo.
Ya entrados en la
tarde noche y después de 180 Km., a la
salida de un túnel, aparece Castellote, nuestro destino. Recogida de dorsal,
hotelito, y tripada de cena (yo), que luego se junta con los nervios de la carrera y no pegas ojo.
Llegó el día H,
“por supuesto el reloj no tocó”,
desayuno suave, W.C. y por fin dejé a mi mujer tranquila. A las 6.30 H ya
sonaba la música y levantaba al pueblo.
Ala, a hacer honor a esta tierra de guerrilleros. A estos de hoy nos habían preparado 62, Km.,
luego estaban los de la maratón, media y ruta senderista. La participación no
fue muy alta 150 en total y la mas pobre la de la ultra, 24.
Aunque ya no me
obsesiono con lo de controlar a mis rivales, sí me descolocó un poco el que saliéramos
ultra y maratón juntos, cuando no estaba previsto. Bueno, bueno había que ir a
la faena, 7.30 h. Ta,ta,ta chan, “El Cuete”, linternica y al monte con las
cabras, vacas y demás fauna de la zona.
Pa empezar cuesta arriba dirección a la Sierra de la Tablada, charradicas
con los compañeros y a disfrutar del espectacular amanecer. a.m. 12 Alto de San
Juan con el pantano de Santolea y las crestas y estrechos con numerosos
pliegues rocosos, (guapo) pero solo los vemos con el rabillo del ojo ya que
casi todo el camino es muy pedregoso, y los del imserso tenemos que llevar más
cuidadico con las caídas
Pasamos por Torres
de Mercader y más tarde entramos en Ladruñan por una puerta que nos devuelve a
la Edad Media. Con la mirada de las vacas iniciamos la subida al alto de la
Laguna, (desconozco si el nombre es por mi apellido o en honor a algún
antepasado mío) je, je, je. En fin nuevo
sofocón y al fondo ya se divisaba Cuevas de Cañart. Primer despiste 500 metros
extras, me vuelve a pasar un corredor de Alcañiz con raíces en Villarroya de la
Sierra (como yo) y que me dijo, los de Villarroya somos gente dura. Respuesta
(después de cabecear) o estamos en otro
planeta.
Palante de nuevo,
paso por el Salto de San Juan y las tumbas antropomorfas (cada uno hicimos
nuestras plegarias, según creencia, aunque no se sabe si por los muertos o los
que lo estábamos medio.
Km. 29, llegó la separación de carreras y con ella la
soledad mas completa por yermos con sendas imaginarias llenas de piedras y que
dificultaban el poder correr o trotear, pero bueno a esto habamos venido.
Siguiente punto esperado, la zona de la reala de perros que nos iban a amenizar
el paso, sí estaban las casetas, pero ni rastro de animales . Las señales también
había que buscarlas con lupa. Segundo despiste 1000 mts. Mas. Desando el camino
y encuentro una pequeña cinta, a seguir dirección Molinos, al paso por la carretera me dicen que
van delante 16 pero que 3 o 4 listas ya han llegado a Molinos sin hacer el
circuito marcado, que vamos a hacer, no me quiero sofocar más que bastante ya
voy.
Plaza Mayor de
Molinos, fuerte aplauso de los vermuteros, (se agradece mucho(. Ala, palante, a
escalar a una cresta de 2 Km., menos mal que llevaba preparada la barra de
funambulista. Prueba superada. Las piernas y
cabeza ya daban síntomas de flaqueza pero con las llamadas de mi mujer y
el abrazo con un viejo conocido bicicletero que estaba en un puesto, volvían a
recuperarse y subir la moral.
Km. 52 al fondo diviso Seno, pero primero
tendré que pasar por un núcleo de casas y pajares llamado París, ¿Paris aquí?
en medio de la nada. Bueno, bueno que ya estaba en Seno y solo me quedaban 10
km. Tira parriba Cruza la carretera y
sigues tirando parriba y al llegar a la cima, veras Castellote (me dijo un
voluntario), cima conseguida después de otro sofocón, pero de Castellote nada,
senda pabajo y al final se divisa el Castillo.
Chupaó, pero según me aproximaba no veía la subida por ningún lado. Seguro
que la habría y el enemigo quería jugar sus últimas cartas para doblegarme,
sirgas-pasamanos y las llamadas clavijas
(creo) eran el paso obligado para conseguir mi meta (entorno de película). 18. H y en la cumbre. Me sentía como el rey de los guerrilleros con
Castellote a mis pies, habiendo ganado mi propia batalla. Casi rodando bajé por la senda empedrada hasta
la meta en la que pacientemente me esperaba mi mujer, alguna persona suelta y
los de la organización que me entregaron el trofeo al menos joven de la prueba.
Por fin después de 10 h 46 minutos, 63 Km. por
terrenos difíciles de correr y 2800 metros positivos terminó mi incursión guerrillera
por tierras del Maestrazgo.
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