KILÓMETRO VERTICAL
PATA LIEBRE
Aunque en fechas
pasadas os emplazaba para contaros mis aventuras y desventuras por el Trail del
Aneto, el día anterior a la prueba sucedía lo que tenia que venir y el abuelo
después de sufrir unos cuantos meses, nos dejaba. Evidentemente tocaba suspender la subida
hasta Benasque y ya vendrían tiempos mejores.
Cogiendo el golpe
de zapatilla poco a poco durante el resto del verano buscaba por las webs
especialistas en el trail, por donde arrastrar mi cuerpo de nuevo. ¡Caramba! un kilómetro vertical en Cueva de
Agreda. ¿Tendrán que ayudarme los
Soñadores de Montañas para vencer a ese
kilómetro vertical, cuerdas, piolets, etc.. ¿.
Aunque había oído esto de los kilómetros verticales tenían mis dudas,
pero mi amigo Michel que es un crack de todo,
menos de lo de quedarse en casa mirando la tele, me sacó de dudas. El
caso que el susodicho kilómetro vertical Pata Liebre constaba de una distancia
de 6 kilómetros con un desnivel positivo de 1000 metros.
Había que probar
la nueva disciplina , así que nos pusimos a soñar con la idea de subir al Moncayo en el menor tiempo posible. Llegó el día 20-S, carretera y manta y en
menos de una horilla de viaje allí estábamos a los pies del Monte Calvo. Los chicos del club Runners del Moncayo
habían preparado una movidilla bastante guapa, a las 9 la mañana ya habían
despertado a todo el pueblo de la Cueva.
Hasta un total de 95 corredores fuimos llegando poco a poco. En esta ocasión se salía en intervalos de 1
minuto y cuatro corredores por turno. Me
tocaba salir en el puesto 71, cosa que me descolocaba para seguir mi particular
estrategia de marcaje (al final no me sirve de nada porque siempre termino de
la mitad para abajo).
Pistoletazo de salida y de frente parriba. Como agobia el empezar cuesta arriba y saber
que todo pica en positivo. De mi
cuarteto se fue uno al cual seguía yo. A
los 500 mts. ya me desilusioné un poco cuando me pasa mi amigo Michel que salía
un minuto mas tarde (ya os he dicho que era un crack) pero bueno yo a mi marcha,
el Camino del Prado de la Cruz todavía era bastante llevadero y al tran
tran quitaba metros. Circulábamos por el
GR-86 junto al río Trasmoncayo y a la altura de la Fuente del Nevadero, el
prado se convertía en senda bastante transitable, alguno me pasaba pero yo
hacia lo mismo con algún otro participante. Hasta el kilómetro 4 conseguí
transitar troteando y ya había superado los 600 +, pero, ¡hay a partir del cuatro!, había que meter
toda la chicharra. La senda se convirtió
en pedregal pero como solo quedaba kilómetro y medio malos, allí que echaba
casi el resto, con la compañía de un colega que iba un poco pajarón, llegamos hasta el descampado que en 500
metros nos puso en la cima. Ahí ya me
volví a animar y mezclado entre senderistas, te creces un poco y ves que la
tarea está hecha, después de 1 hora y 14 minutos conseguí mi objetivo (claro
que al primero le costó 51 minutos).
Hasta el tiempo nos acompañó un sol de justicia y ni una brizna de aire. Recuperación de fuerzas, fotos de rigor y
disfrutar de las magnificas vistas que nos brinda nuestro Moncayo. De la clasificación no tenia ni idea, pero al
bajar mi mujer me decía, ahí que te veía en la pantalla, el 50 y tantos y el
cuarto de los viejos pero que de ahí no pasabas y el Hubert como casi siempre
entró delante mío. La bajada con mi
colega Michel y un amigo guapísima, cuenteo de globeradas, foticos y tal y tal
(eso si la vista al suelo porque el camino no perdona. Cuando llegamos a la Fuente del Nevadero,
allí estaba parte de la peña utilizando la poza como spa, nosotros pasamos de
largo porque no se si era más temeroso hacer el kilómetro vertical o meterse en
la poza. Llegada a la Cueva y lo mejor
de la carrera, el avituallamiento final con una mesa de viandas bastante
completica, eso si, la cerveza había que controlarse “por lo de guiar de
retorno a casa”. Muy bueno el trato que
recibimos de la gente del pueblo y de la organización y que demostraron que con
ilusión, ganas y un pequeño presupuesto se puede sacar adelante pruebas de este
tipo y que 90 ó 100 locos podamos seguir
SOÑANDO CON MONTAÑAS.
GRACIAS
PATA LIEBRES
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