SAN SILVESTRE BILBILITANA
Aunque lo mío y
los del club sea lo de las montañas, unos con nieve y otros sin nieve, de vez
en cuando hay que darle un descanso al alma y echar unas risas con los
familiares y amigos el día de San
Silvestre para despedir el año.
Casi todos los
años participo en la de Zaragoza con mis súper disfraces a base de recicles de
toda clase de cachivaches y procurando que salga lo mas aproximado a coste
cero. Siempre me esfuerzo pero nunca me
llevo el premio al mejor disfraz.
Aprovechando que
este año lo hice en Calatayud y se
supone que habría menos contrincantes y menos enchufe, me propuse echar el
resto y arrimarme al toro lo máximo.
Hablando de toros, mi disfraz correspondía a un torero venido del Alto
Jalón con su traje de luces, capilla, capote, cartel anunciador, plaza. Etc. Lo que falta ya lo veréis en la foto.
A las cuatro en
punto, hacia mi particular paseíllo a ritmo de mi música de cassete “Pilis” con
por supuesto pasodobles. El publico que
no había pagado entrada miraban de reojo sonriendo “donde va este ¿no correrá
con carro y todo?. Estaban equivocados, a la corrida había venido a por las dos
orejas, el rabo y la caja del mejor disfraz. Sin ninguna meta de batir mi
propio record en carreras cortas, calentaba poco a poco y sin prisas con
el consiguiente cachondeo de los colegas
de troteadas.
Llego la hora y
allí estaba frente a frente con mi particular mihura “Chinito” para lidiarlo
durante 4 vueltas al ruedo y completar 6 Km.
Pa evitar accidentes salí de los últimos con toda mi parafernalia. Me enfrente a un grupo de Escoceses que
parecía los mas fuertes (de mi nivel) y a la primera vuelta ya cedían terreno,
de vez en cuando paraba para recrear a mi publico con mi arte de torero, el
cual correspondía con súper gritos de animo, torero, torero, torero. Fue tanto
el subidón que llevaba que en la tercera vuelta y frente a la S. Social mi
carromato tuvo un golpe con la acera y el botijo salto por los aires. No pasa nada dijeron mis subalternos, para 1
vuelta que queda la hacemos sin agua, y así fue pases rápidos y cortos y alguna
verónica. A los 31 minutos de comenzar
la corrida allí estaba en el centro de la plaza para rematar la faena. Cogí el estoque (de plástico) y terminé con
“chinito”, (temporalmente porque tiene que servir para otras corridas.) Triunfo
total y si me descuido me voy sin el regalo porque se lió la cosa un poquillo
con lo de los premios a los mejores espadas de las diferentes categorías. Con la sonrisa de oreja a oreja y la caja
debajo del brazo, carretera y manta y para Ariza a celebrar entre comillas la
Noche Vieja.
Hasta otra amigos
y felices sueños con montañas para 2016.
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